lunes, 5 de marzo de 2012

Ética y estética de Pereza (I): "traficante, rock and roll star"


Hoy quería escribir sobre una pareja de rockeros de los que no abundan en nuestro país. Dos músicos que siendo casi de última generación se adscriben perfectamente a la frase del maestro Sabina: "tan joven y tan viejo, like a rolling stone". Y es precisamente don Joaquín uno de los enamorados de esta banda, con la que contó en la grabación de su último disco. Y es que Sabina dijo una vez: "Me gusta Pereza porque es como me hubiera gustado ser a mi con veinte años".

El hecho es que Pereza está en los últimos tiempos en boca de muchos medios, pero no precisamente por su actividad como tal, sino por el despegue de sus dos miembros como músicos en solitario, algo a lo que en mi opinión estaban abocados desde hace tiempo, ya que son pocas las canciones que hayan compuesto al alimón y que cada uno ha ido desarrollando un estilo cada vez más personal, aunque bien es cierto que la voz de uno siempre contaba con la colaboración del otro a los coros o a las seis cuerdas. Fue a finales de febrero cuando llegó "Diciembre", álbum de debut en solitario de Miguel Conejo Torres, también conocido como Leiva, que hasta ahora había desplegado casi toda su carrera bajo la bandera de los Pereza y junto a su inseparable compañero Rubén Pozo Prats, cuyo disco "Lo que más" se espera para finales de este mes.
Mucha gente ha querido ver en la divergencia temporal de los Pereza el motivo de su posible separación. No es así, por suerte. De hecho hace pocas semanas estuvieron dando un bolo en la Caracol de Madrid con esa superbanda llamada Hot Legs que Rubén y Leiva tienen con Carlos Tarque. No se separan, después de esta etapa volverán a salir de gira y a tocar sus canciones juntos, seguro. Pero es cierto que quizás no vuelvan a ser los mismos, porque la evolución musical que han ido experimentando los dos a lo largo de los últimos años ha sacado a relucir las diferencias que tienen a la hora de escribir, de componer y de interpretar las canciones. Que no se me malinterprete, Rubén y Leiva se han compenetrado a la perfección desde el primer día, y han sabido aportar cada uno a las canciones que escribía el otro, como Lennon aportaba en las canciones de McCartney y viceversa. A donde quiero llegar es que, ahora que cada uno ha tenido su propio espacio de libertad y desenvolvimiento para hacer la música que cada uno siente, las características musicales y las influencias de cada uno se están exacerbando, como ya se ha podido ver en Diciembre y en el avance del disco de Rubén, el single Pegatina.


La evolución que ha seguido Pereza es compleja, ya que si bien era Leiva el principal protagonista de los últimos discos, hubo un día en que el peso de la mayor parte de la composición y de la simbólica pero importante interpretación vocal recaía sobre Rubén, que llevaba años de rodaje en los escenarios con Buenas Noches Rose. Eran los días de Horóscopo, Pompa de Jabón, Música Ligera y la mítica Pereza, que acabó dando nombre al grupo (por entonces trío, con Tuli, otro colega de la Alameda de Osuna). Y después de ese disco homónimo, genial carta de presentación, casi vintage ahora, vino Algo para cantar, momento en que Pereza dio un primer salto al mainstream y al gran público. Rubén era prácticamente el frontman de la banda, pero quiso el azar (o la llamada "industria de la música") que fueran dos temas de Leiva, aun novato, los que hicieron que Pereza apareciera en los 40 Principales y en las radios de este país, Pienso en aquella tarde y Si quieres bailamos.

Algo para cantar es un gran disco, donde Leiva se atreve con algo más de presencia y aporta buenos temas como los mencionados. Lástima que para mucha gente la primera imagen de Pereza fuera la colaboración con los estereotipos del pop moña español, David Summers y Dani Martín, en una versión de Pienso en aquella tarde que, al lado de la original, es casi una blasfemia. Un pequeño borrón en el historial que se puede comprender por la necesidad del músico de dar a conocer sus canciones, y que en cualquier caso el tiempo ha acabado por aclarar con las grandísimas colaboraciones con que han contado Rubén y Leiva. Por lo demás, en el disco hay grandes temas de la banda que con el tiempo han ido pasando más desapercibidos, como Manager o Tu Infierno, canciones que, especialmente la segunda, ojalá veamos otra vez interpretadas en directo.


Con Animales, tercer disco de la banda y el que supuso su irrupción definitiva en el panorama musical, Leiva se convierte por vez  primera en la imagen de la banda. Animales es un disco de rock gamberro con grandes melodías y una genial instrumentación y producción, aunque otra vez fue el tema mas pop el elegido para sonar en la onda, la (para mi gusto) terrible Princesas. En fin, cosas del oficio. Rubén solo firma tres de los doce temas del disco, entre ellas una de las más míticas canciones de la banda, Madrid, contrapunto melódico a los riffs macarras de Leiva como Niña de Papá o Animales. Oye, y no tan macarras, como Caramelo, Todo o la legendaria Como lo tienes tú. El broche de oro a Animales lo pone un disco de colaboraciones con gigantes como Bunbury, Iván Ferreiro, Deluxe, Quique González, Sidonie, Burning y otros, en un repaso a su breve discografía.


La línea de Animales se consolida en Aproximaciones, Leiva experimenta en ese interregno una madurez musical increíble, y firma algunos temas que nada tienen que ver con el Leiva de Princesas o Si quieres bailamos. Pereza, con su estilo propio, hace apología de Beatles y Stones, y eleva sus canciones a un plano más adulto en que las letras tienen más contenido y la música influencias más definidas. Y aunque digo Pereza, el gran responsable de esa consolidación es Leiva, más prolífico como autor que Rubén, y al que la compañía de otros grandes como Quique González y César Pop acaba calando a la hora de escribir, véanse Tristeza, Beatles, Huracán, Por mi tripa, etc. Rubén en Aproximaciones pasa algo más desapercibido, si bien firma temazos como Margot y Conjunto aporta también las grises Talibán y Dímelo. Un Rubén más de extremos que deja mucho más protagonismo a Leiva pero que es capaz de explotar con grandes canciones todavía.

Habiendo catado ya Diciembre, de Leiva, se ve que el último disco de Pereza hasta la fecha, Aviones, es una especie de preparación espiritual para lo que los fans nos hemos encontrado con el debut de Leiva. Las influencias de Leiva crecen más allá de Beatles-Stones hacia Dylan, Tom Petty, Roy Orbison (Travelling Willburys en definitiva). Windsor, Violento Amor, Lady Madrid, Leones, Champagne, son joyas de Leiva en formato semiacústico donde las letras cada vez tienen más poesía, y que eclipsan totalmente la actuación de Rubén en el disco. Lo mejor del más veterano de los Pereza es el mano a mano con su inevitable compañero Leiva en la mítica Llévame al baile. Aviones es un disco de coleccionista, salvo excepciones sus canciones suenan totalmente a 1975, y es donde un tío como Leiva, llamado a dejar su nombre muy alto en la canción rock de autor en España, eso sí, en solitario, presenta sus credenciales para pertenecer al club de los artistas que admira. En solitario porque con Pereza está claro que ya ha escrito con éxito una de las páginas más relucientes de la historia del rock en español, ya que en tiempos de dudas dentro del panorama musical nacional Rubén y Leiva han sido de los mayores defensores de eso que se conoce como rock n' roll.

Hasta aquí hemos visto los antecedentes de Pereza, los hitos que les han convertido en la banda más en forma del rock español, queda pendiente para estos días el presente y, sobre todo, el futuro de los de la Alameda, que seguro que nos depara muchos buenos ratos, como siempre han hecho.
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Con este tiempo cualquiera está
en el momento, en el lugar
siempre soñamos que vuelva a pasar, y yo 
que no ocurrra más.

1 comentario:

  1. Enhorabuena por el post. Una muestra más del profundo conocimiento sobre el tema del autor y de su talento a la hora de escribir. Esperamos con ansia la segunda parte.

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