Hoy he vuelto a Radio City, uno de esos rincones de los que quedan pocos en Madrid. Sita en la Plaza de la Guardia de Corps, en la Malasaña occidental, Radio City es una de esas tiendas de rock-and-roll-actitud donde se respira música en vez de prisa, que es lo que se respira en las grandes superficies. La tienda, modesta donde las haya, cobija en sus 10 metros cuadrados un repertorio de discos que, de tan exquisito, desborda todo conocimiento musical que cualquier melómano hubiera anhelado nunca.
Iba yo a Radio City con la intención de liquidar los perentorios regalos de Navidad y para recoger un disco encargado que Spotify ya me ha vetado de tanto darle al play, por lo que ya iba siendo hora de hacerse con él. Se trata del Third / Sister Lovers de Big Star, la menos reconocida de las grandes bandas de la historia, al menos en un país de bisbales y sergioramos como el nuestro. Y con "grandes" hablo de las diez más grandes, perdonen la osadía, por entidad y por la grandísima influencia sobre bandas posteriores como REM, Jayhawks o Wilco (Kangaroo, de 1978, es la cosa más parecida a Wilco que yo conozca, y veinte años antes de Wilco). Big Star es el punto donde se conectan los sonidos de los Beatles, los Stones, la Velvet Underground y la Creedence, sintetizando en sus discos guitarrazos de rock clásico, country suave y hasta algún matiz de psicodelia experimental, con protagonismo siempre de la melodía, que tanto cultivó su líder y principal vocalista, el inconmensurable Alex Chilton. Big Star sacaron tres discos en los 70, antes de separarse para los siguientes lustros, #1 Record, Radio City (¡eh, como la tienda!) y el ya referido Third. De Radio City, que pasa por ser uno de mis discos favoritos, es de lo que yo quería hablar. Es difícil encontrar mayor concentración de temazos en un disco, entre ellos varios de los mayores éxitos de la banda, como Back of a Car, Life is White, Way Out West o, über alles, September Gurls. Disco imprescindible Radio City, emblema del denominado power pop y seguramente uno de los mejores trabajos de la historia del rock.
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Lo esconden de las luces y los focos,
lo mezclan con reclamos comerciales,
lo repudian como a un virus contagioso,
pero vuelve a perderse por los bares.
Pero no olvides, no traiciones
lo que siempre te ha hecho vivir.
No olvides, no traiciones
lo que llevas muy dentro de ti,
porque no muere jamás
tu rock and roll actitud.
efectivamenteysí, qué pena que queden tan pocos sitios como el Radio City
ResponderEliminarUna pena que queden pocos, sí.
EliminarGracias por tu comentario! Un saludo.