lunes, 24 de diciembre de 2012

La Navidad supera la ficción


Una de las primeras veces que recuerdo ir a la Alameda de Osuna, en la misma calle donde está la salida del metro, mi amiga allí residente me hizo ver una pintada en la acera que rezaba así: "La Navidad supera la ficción". Esa frase se quedó grabada en mi cabeza y, desde entonces, no ha dejado de hacerme divagar sobre su significado. La Navidad supera la ficción... Uno piensa en las calles del centro con sus luminarias kilométricas, en la gente que se agolpa en los grandes almacenes pugnando por llevarse el perfume de más alta graduación, y desde luego ve cómo, con toda crudeza, la Navidad supera la ficción de paz y amor. O acaso el misterioso graffitero de la Alameda de Osuna se refiriera al sentido que desde ciertas élites se quiere quitar a estos días, a propósito de las felicitaciones de contenido religioso. Manuel Jabois, ateo, lo replicaba así en un artículo llamado Felices Fiestas"Uno de ellos (los problemas derivados del ateísmo militante de Jabois) tenía que ver con la Navidad, que solventé convenciéndome que aquello era una larguísima tradición fundada, a mi juicio, en un mito, pero que celebraría porque está incorporada a la genética de mi cultura, y también porque soy un poco alcohólico (...). ¿Y por qué Felices Fiestas en diciembre?, habría que preguntarle a su señoría, ¿y no en agosto? Las familias se reúnen a cenar el día 24 de diciembre por un nacimiento en el que unos creen y otros no, pero negar los orígenes de la Navidad y refundarlo todo es como esa ridiculez del bautizo ateo, que cuando se lo propuse a mi madre por pesada contestó que dejase al niño mejor así «por no llamar la atención del diablo»".
Hasta aquí mis reflexiones que, como pueden ver, ni siquiera son propias, que cada uno interprete lo que quiera de la pintada de la Alameda, que para eso está impresa en suelo de dominio público.



Yo nunca fui muy de peces en el río, bebiendo y bebiendo hasta la cirrosis y el paroxismo. Nunca me gustó mucho la tradición castiza de coger panderetas de plástico, zambombas húmedas y guitarras con dos cuerdas de menos con el objeto de cantar la Navidad con villancicos que versan sobre ratones que entran al Portal, remiendos y chocolateras. Reniego. Yo siempre creí en esa Navidad en blanco y negro de Central Park, con la nieve cayendo sobre los patinadores del lago mientras suena Bing Crosby, Louis Armstrong o Frank Sinatra. Qué le voy a hacer, me gustan más los villancicos de los americanos, que casan perfectamente con una postal nocturna de la Gran Vía de Madrid, nuestra pequeña Quinta Avenida.



Y yo, que simplemente quería felicitarles la Navidad, qué manera tengo de enrollarme y de acabar hablando siempre de Jabois o de Quique González. El año pasado tiré por lo profano y mi felicitación fue Santa Claus is coming to town, en voz de Bruce Springsteen; este año vamos por lo sacro, les dejo con otro villancico de los míos, Jesus Christ, de Big Star. Desde Billete de Vuelta les deseo una Navidad larga y muy feliz, y también que lean buenos libros, ni de autoayuda ni de presentadores de televisión, que escuchen grandes discos y se sirvan los gin tonics con la precisión adecuada. Que se resguarden cuando se ponga a llover y se sepan mojar cuando sea necesarioQue envuelvan sus problemas en sueños, se manchen las manos de Navidad y que esta supere la ficción, pero siempre para bien. Salud.



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Angels from the realms of glory,
stars shone bright above
Royal David city 
was bathed in the light of love

Jesus Christ was born today, 
Jesus Christ was born 

Lo, they did rejoice
fine and pure of voice
And the wrong shall fail, 
and the right prevail.

Jesus Christ was born today, 
Jesus Christ was born 


And we're gonna get born now

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